
Movimientos de los astros: El sistema planetario. Las estaciones
MOVIMIENTO DE TRANSLACIÓN
La TRASLACIÓN es el movimiento por el cual la Tierra describe una vuelta completa alrededor del Sol, es decir, una ÓRBITA completa.
Debido a la órbita del eje de la Tierra, durante el camino que realiza el planeta en su órbita alrededor del Sol, unas veces el hemisferio norte está más expuesto a la radiación solar y otras veces es el sur.
La radiación solar descarga más energía sobre el suelo terrestre cuanto mayor es el grado de incidencia. De la misma manera que un coche impacta con mayor fuerza en un choque frontal con una pared, los rayos del sol también trasmiten más energía cuando impactan con la superficie terrestre a 90º. A medida que ese ángulo va disminuyendo, significa que esta energía se tiene que repartir sobre mayor superficie. Empleando el ejemplo anterior, cuanto más abre un coche su ángulo de choque contra un muro, menor es el impacto.
Dado que nosotros no nos damos cuenta de los movimiento de la Tierra sino que es el Sol el que se mueve, hablamos del movimiento aparente del Sol. En este movimiento, en verano vemos como el Sol se sitúa muy alto, incidiendo su energía con más fuerza sobre el suelo y la atmósfera, por eso en verano hace calor. En invierno, vemos que el Sol no se eleva tanto, y tan solo lo vemos alzado unos grados en el horizonte. Este Sol de invierno apenas calienta el suelo y por eso hace más frío.
La causa del verano y del invierno no está en la distancia de la Tierra al Sol, sino en la inclinación de la Tierra. De hecho, cuando la Tierra se encuentra más cercana al Sol en su órbita, es en nuestro invierno.
Los momentos en los que se produce el punto máximo de inclinación de la Tierra desde el hemisferio norte o sur, son también los días con mayor horas de luz en un hemisferio, y los días con menor horas de luz en el otro. Estos dos días concretos son el 21 de diciembre (aproximadamente), cuando se inicia el invierno en el norte y el verano en el sur, por lo que es el día más corto en el norte y el más largo en el sur; y el 21 de junio (aproximadamente) cuando se da la situación contraria, es decir, se inicia el verano en el norte, siendo su día más largo, y se inicia el invierno en el sur, siendo su día más corto. Estas dos fechas especiales reciben el nombre de solsticio, existiendo por tanto un solsticio de invierno y un solsticio de verano.
Entre solsticio y solsticio, la duración de los días y las noches se van igualando hasta que, pasados tres meses, la duración del día y de la noche es idéntica. Esos días especiales marcan el inicio de la primavera y otoño, y reciben el nombre especial de equinoccio. Así, si en el hemisferio norte estamos en invierno, veremos cómo los días se van haciendo cada vez más largos y las noches más cortas. Llegando al 21 de marzo (aproximadamente), el día y la noche duran lo mismo, entrando ese día en la primavera. Desde ese día, el llamado equinoccio de primavera, los días comienzan a durar más que las noches.
La situación en el hemisferio sur sería equivalente, pero al revés, en esas mismas fechas estarían saliendo del verano para entrar el 21 de marzo en el otoño. Sería su equinoccio de otoño.
En el hemisferio norte, el otoño entraría en el momento en el que, tras el verano, la duración de los días y las noches es idéntica, y esto viene a ocurrir sobre el 23 de septiembre. Tal fecha marca el inicio del otoño, los días van siendo de menor duración que las noches y es conocida como el equinoccio de otoño. En el sur sería al revés, equinoccio de primavera.