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La Ley de Gravitación Universal enunciada por Isaac Newton en sus Principa (1687) establecía que la misma fuerza que mantiene los planetas orbitando alrededor del Sol es la que hace caer la manzana del árbol. Las mismas leyes gobiernan todo el universo. No hay distinción alguna entre el mundo sublunar y el situado más allá de la Luna. La gravedad es la fuerza que mantiene unido a todo el cosmos.

 

“Dos cuerpos de masas m, y separadas por una distancia r, interaccionan de manera que se atraen mutuamente con fuerzas proporcionales al producto de sus masas e inversamente proporcionales al cuadrado de la distancia que les separa.

Ahora bien, se ha de tener claro que la intensidad del campo gravitatorio producido por la Tierra y la aceleración de la gravedad son dos magnitudes que coinciden numéricamente (en determinadas condiciones), pero con significados diferentes.”

 

El campo gravitatorio tiene un cierto valor en cada punto independientemente de que en ese punto haya o no masa alguna. Como acabamos de ver, el campo gravitatorio producido por la Tierra depende únicamente de la masa de nuestro planeta y de la distancia entre el punto donde se calcula y el centro de la Tierra. Su valor (9.8N/kg) significa que cuando en ese punto se coloca o sostiene un cuerpo, el mismo es atraído por la Tierra con una fuerza de magnitud 9.8N por cada kg de masa del cuerpo. En concordancia con este concepto, el procedimiento que se ha de seguir para obtener experimentalmente la intensidad del campo gravitatorio, consiste en sostener un cuerpo de prueba de masa conocida, medir la fuerza con la que la Tierra lo atrae, y dividir el valor de esa fuerza entre la masa de prueba.

Por su parte, el valor de aceleración de la gravedad (9.8m/s2) significa de que si se lanza o se suelta un cuerpo en ese lugar, dicho cuerpo tiene (en ausencia de rozamiento) un movimiento con aceleración vertical de ese valor, es decir, cuya velocidad se incremente verticalmente 9.8m/s cada s transcurrido. 

 

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